First Things First Manifestos

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El diseño gráfico suele quedar relegado a arte menor, y a veces ni siquiera eso. Sus ejecutores, como meros instrumentos del sistema de consumo que nos lleva a querer obtener un producto por su belleza. Desde 1964 diseñadores de todo el mundo renuevan un manifiesto en el que reclaman que las cosas importantes deberían ir primero.
Hace años cayó en mis manos un libro de Historia del Diseño Gráfico (lamentablemente no recuerdo el nombre) dónde pude conocer este texto que sin duda me marcó, y que todavía recuerdo, sobre una necesaria mirada social y vital que deben tener las y los diseñadores. Todo ello sin perder el humor, pero tampoco dejarse engullir en un sistema de consumo excesivo.

Rebuscando hoy, me doy cuenta que ya no sólo son las versiones de 1964 y 2000, sino que en 2014 han querido hacer una nueva versión refrescante en los tiempos que corren.

La genial web monografica.org se ha tomado un lindo trabajo de revisar cada uno de los manifiestos y tenernos al día. Copio aquí las tres entradas relevantes de la historia de este manifiesto, donde si bien se repiten cosas, me parece la mejor forma de hacer una gestión documental del proceso que ha seguido este documento.


FIRST THINGS FIRST 1964 MANIFESTO

Desde monografica.org compartido con CC:

FTF1964En enero de 1964, el diseñador británico Ken Garland publicó en Londres, en el diario The Guardian, el manifiesto First Things First, justo en una época en la que la economía británica estaba en auge y el diseño había salido de la austeridad de los años de postguerra y se estaba convirtiendo en un campo profesionalizado.

En una sociedad de consumo en crecimiento, había muchas oportunidades para los diseñadores gráficos, especialmente en el entorno de la publicidad y elpackaging. Era una profesión atractiva y glamurosa. Sin embargo, paralelamente, empezaron a alzarse algunas voces críticas, como las de Ken Garland y los otros firmantes. Para ellos, en una sociedad de hiperconsumo y sobreabundancia, el diseño corría el peligro de olvidar su responsabilidad de luchar por un mundo mejor.

El manifiesto recibió el apoyo inmediato de un buen número de diseñadores y el del parlamentario Anthony Wedgwood Benn (Tony Benn). Una de sus aportaciones es que trazó una línea de separación entre el diseño como comunicación y el diseño como persuasión; como apuntó en su momento otro diseñador británico, Jock Kinneir: «Los diseñadores orientados en esta dirección [la comunicación] están menos preocupados por la persuasión y más por la información, menos por la categoría económica y más por la fisiología, menos por el gusto y más por la eficiencia, menos por la moda y más por la comodidad. Están interesados en ayudar a la gente a encontrar su camino, por comprender lo que necesitan, por entender nuevos procesos y usar los instrumentos y las máquinas más fácilmente.»

El Manifiesto volvió a publicarse en 1999 en la revista Adbusters e impulsó el lanzamiento de una nueva versión bajo el título de First Things First Manifesto 2000.

«FIRST THINGS FIRST 1964»

«Nosotros, los abajo firmantes, somos diseñadores gráficos, fotógrafos y estudiantes que nos hemos criado en un mundo en el cual las técnicas publicitarias y sus medios se nos han presentado de manera insistente como el lugar más lucrativo, más eficiente y deseable donde utilizar nuestros talentos. Hemos sido bombardeados con publicaciones dedicadas a esta idea, que aplauden el trabajo de esos que han dedicado su ingenio e imaginación a vender cosas tales como:

comida de gato, remedios estomacales, detergente, regeneradores del cabello, tubos de pasta rayados, lociones para después del afeitado, dietas adelgazantes, dietas para engordar, desodorantes, agua con gas, cigarrillos, roll-ons y slip-ons [1].

Los mayores esfuerzos, con diferencia, de aquellos que trabajan en la industria publicitaria se desaprovechan en estos fines triviales, que contribuyen poco o nada a nuestra prosperidad nacional.

Como un número creciente de personas, hemos alcanzado un punto de saturación tal que el lanzamiento a gritos de un nuevo producto de consumo no es más que puro ruido. Pensamos que hay otras cosas más valiosas en las que emplear nuestra capacidad y experiencia. Se necesitan rótulos para las calles y los edificios, libros y periódicos, catálogos, manuales de instrucciones, fotografía industrial, materiales educativos, películas, televisión, publicaciones científicas e industriales y otros medios a través de los que promocionar nuestra industria, nuestra educación, nuestra cultura y nuestra mayor conciencia del mundo.

No abogamos por abolir la alta presión publicitaria sobre el consumidor: esto no es factible. No queremos eliminar lo divertido de la vida. Pero estamos proponiendo un cambio de prioridades a favor de unas formas de comunicación más útiles y perdurables. Esperamos que nuestra sociedad se canse de los mercaderes tramposos, vendedores de estatus y persuasores ocultos y que la demanda prioritaria de nuestras habilidades será para fines más valiosos. Con esto en mente,  proponemos compartir nuestra experiencia y opiniones, y ponerlas a disposición a nuestros colegas, estudiantes y a otros que puedan estar interesados.»

(Enero, 1964).  

Edward Wright, Geoffrey White, William Slack, Caroline Rawlence, Ian McLaren, Sam Lambert, Ivor Kamlish, Gerald Jones, Bernard Higton, Brian Grimbly, John Garner, Ken Garland, Anthony Froshaug, Robin Fior, Germano Facetti, Ivan Dodd, Harriet Crowder, Anthony Clift, Gerry Cinamon, Robert Chapman, Ray Carpenter, Ken Briggs.

[1] Zapatos sin cordones. Se ha decidido dejarlo en el idioma original porque se trata de un juego de palabras.

 

FIRST THIGS FIRST 2000 MANIFESTO

Desde monografica.org compartido con CC:

FisrtThingsFirst2000En 1998, la revista canadiense Adbusters, del colectivo del mismo nombre, reeditó el manifiesto «First Things First», lanzado por Ken Garland en 1964. Con esta publicación, el objetivo de Adbusters era llamar la atención de los diseñadores hacia su compromiso social. Tiempo después, Tibor Kalman propuso la realización de una nueva versión del mismo, adaptada a los problemas y necesidades del siglo XXI, con la intención de estimular la discusión no sólo dentro del diseño gráfico sino, también, fuera de él.

La nueva versión del texto de Garland se concretó en la publicación del «First Things First Manifesto 2000» que apareció en el número 51 de la revistaEmigre. Su presencia vino a coincidir, por tanto, con el cierre de una etapa de turbulencias y con el inicio de un periodo en el que parece que se han abandonado las grandes y pequeñas discusiones que habían mantenido en continua tensión a la comunidad de diseñadores anglosajones. Ahora bien, no parece que fuera esa, exactamente, la intención de sus firmantes pues no se trataba de acabar con el clima de debate sino, todo lo contrario, de abrir uno nuevo, aunque en una dirección diferente: intentar cambiar las prioridades de unos profesionales que durante más de quince años habían concentrado su atención en cuestiones de índole estético y tecnológico, dirigiendo ésta hacia «formas más útiles, duraderas y democráticas de comunicación».

«FIRST THINGS FIRST 2000»

«Nosotros, los abajo firmantes, somos diseñadores gráficos, fotógrafos y comunicadores visuales que nos hemos criado en un mundo en el cual las técnicas publicitarias y sus medios se nos han presentado de manera insistente como el lugar más lucrativo, más eficiente y deseable donde utilizar nuestros talentos. Muchos profesores de diseño y mentores promueven esta creencia; el mercado la premia; una marea de libros y publicaciones la refuerza.

Animados en esta dirección, los diseñadores entonces aplican su destreza e imaginación a vender galletas para perros, café del diseñador, diamantes, detergentes, gomina para el pelo, cigarrillos, tarjetas de crédito, zapatillas, tónicos, cerveza sin alcohol y vehículos todoterreno. El trabajo comercial ha pagado siempre las cuentas, pero muchos diseñadores gráficos no han permitido que se convirtiera en gran parte de lo que hacen. Esta es, en cambio, la manera en que el mundo percibe el diseño. El tiempo y la energía profesionales se usan para atender la demanda de cosas que, a lo mejor, no son esenciales.

Muchos de nosotros nos hemos sentido cada vez más incómodos con esta visión del diseño. Los diseñadores que dedican sus esfuerzos ante todo a la publicidad, el marketing y el desarrollo de la marca están apoyando, e implícitamente respaldando, a un ambiente mental tan saturado con mensajes comerciales que está cambiando por completo el modo en que los ciudadanos-consumidores hablan, piensan, sienten, responden e interactúan. Hasta cierto punto estamos ayudando a elaborar un código enormemente dañino para el discurso público. 

Hay actividades más valiosas para nuestras habilidades de resolución de problemas. Una crisis ambiental, social y cultural sin precedentes demanda nuestra atención. Muchas intervenciones culturales, campañas de marketing social, libros, revistas, exposiciones, herramientas educativas, programas de televisión, películas, causas caritativas, y otra información –proyectos de diseño- requieren urgentemente nuestra experiencia y ayuda.

Proponemos un cambio de prioridades a favor de unas formas de comunicación más útiles, perdurables y democráticas, un cambio de mentalidad que se aleje del marketing de producto y se dirija hacia la exploración y producción de un nuevo tipo de significado. El alcance del debate está reduciéndose; debe expandirse. El consumismo está avanzando sin oposición; debe desafiarse con otras perspectivas expresadas, en parte, a través de los lenguajes visuales y los recursos del diseño.

En 1964, veintidós comunicadores visuales firmaron la llamada original para que nuestras capacidades se dedicaran a un uso más valioso. Con el crecimiento explosivo de nuestra cultura comercial global, su mensaje ha llegado a ser más urgente. Hoy, renovamos su manifiesto a la espera de que no pasarán más décadas sin tomarlo en serio.»

(Otoño de 1999).

Jonathan Barnbrook, Nick Bell, Andrew Blauvelt, Hans Bockting, Irma Boom, Sheila Levrant de Bretteville, Max Bruinsma, Sian Cook, Linda van Deursen, Chris Dixon, William Drenttel, Gert Dumbar, Simon Esterson, Vince Frost, Ken Garland, Milton Glaser, Jessica Helfand, Steven Heller, Andrew Howard, Tibor Kalman, Jeffery Keedy, Zuzana Licko, Ellen Lupton, Katherine McCoy, Armand Mevis, J. Abbott Millar, Rick Poynor, Lucienne Roberts, Erik Spiekermann, Jan van Toorn, Teal Trigos, Rudy VanderLans, Bob Wilkinson.

 

FIRST THING FIRST 2014 MANIFESTO

Desde monografica.org compartido con CC:

First-Things-First-2014En enero de 2014, acaban de cumplirse cincuenta años de la publicación del First Things First Manifesto, una declaración de principios que algunos, como el diseñador Cole Peters, consideran uno de los documentos más importantes de la historia del diseño.

Hace medio siglo, en un momento de hiperabundancia pero, también, de revolución e incremento de la conciencia crítica,  el diseñador británico Ken Garland tuvo la iniciativa de lanzar dicho manifiesto, en el que trazaba una línea de separación entre el diseño como comunicación y el diseño como persuasión.

Asimismo, Garland hacía un llamamiento a sus colegas para que pusieran sus habilidades y conocimientos al servicio de la sociedad y les pedía un compromiso ético. Pero, lo que es más importante, el First Things First suponía una ruptura con la idea de que el diseño puede ser neutral y estar libre de valores.

El Manifiesto contó con el respaldo de veintiún firmantes –algunos tan reconocidos como Anthony Froshaug– y en poco tiempo tiempo llegó a recibir el apoyo de más de 400. Asimismo contó con el respaldo del activista de izquierdasTony Benn, quien lo publicó completo en el diario The Guardian.

En 1999, la revista Adbusters decidió volver a publicarlo y el fallecido Tibor Kalman, propuso la realización de una nueva versión adaptada a los problemas y necesidades del siglo XXI.

El First Things First Manifesto 2000 vio la luz, también en 1999, en las revistas Emigre no. 51 y en Eye no. 33. Esta vez contó con 33 firmantes, entre los que se encontraban nombres tan prestigiosos como Jonathan Barnbrook, Irma Boom,Sheila Levrant de Bretteville, William Drenttel, Gert Dumbar, Simon Esterson,Vince Frost, Milton Glaser, Jessica Helfand, Steve Heller, Tibor Kalman, Zuzana Licko, Ellen Lupton, Katherine McCoy, Erik Spiekermann, J. Abbott Miller,Armand Mevis, Rudy VanderLans, Jan van Toorn y el propio Ken Garland.

La nueva versión del First Things First provocó todo tipo de respuestas: desde la desaprobación, pasando por la indiferencia, hasta el apoyo absoluto pero, sobre todo, sirvió para provocar la reflexión sobre la responsabilidad social de los diseñadores.

Quince años después, en 2014, como ya se ha comentado más arriba, hay quienes, como Cole Peters, consideran que es el momento de volver a rescatarlo ya que muchos de sus principios siguen estando vigentes.

Peters considera que ha llegado el momento de renovarlo y que son pocos los puntos que habría que cambiar. Desde su punto de vista, quizá, el más importante y necesario a añadir sería el de la web pues: «La privacidad, la seguridad y la libertad de expresión en la Red no ha estado nunca tan amenazada», como en nuestros días.

Según Peters es el momento de incluir a otros profesionales en el Manifiesto y si el texto original de 1964 estaba firmado por diseñadores gráficos, fotógrafos y estudiantes y el de 1999, por diseñadores gráficos, directores de arte y comunicadores visuales, ahora habría que abrirse a otras profesiones creativas como son los programadores, desarrolladores y otros «tecnólogos creativos».

Su plan es poner en marcha el First Things First 2014 el 3 de marzo de este año. Para ello ya ha registrado un dominio con ese nombre, ha abierto una cuenta en Twitter y está trabajando en la nueva versión del documento que tiene previsto abrir a la colaboración de los interesados.

Para saber más:

Blog de Cole Peters.
Entrevista a Ken Garland.
First Things First 2014.
First Things First 1964.

 

Manifiesto de 2014 en español desde blognooficial.wordpress.com
Original en inglés – https://firstthingsfirst2014.org/

«FIRST THINGS FIRST 2014»

Nosotros, los abajo firmantes, somos diseñadores, desarrolladores, técnicos creativos y comunicadores multidisciplinarios. Nos preocupa el estado actual de nuestra industria y sus efectos en las culturas y las sociedades de todo el mundo.

Nos hemos convertido en parte de un clima profesional que:

  • prioriza al capital de riesgo, los lucros, y la escala sobre la utilidad y su repercusión;
  • demanda un desequilibrio debilitante de la vida laboral de sus trabajadores;
  • carece de la diversidad fundamental de género, raza y edad;
  • declara resolver problemas, pero favorece los de carácter superficial;
  • trata a la información personal de los consumidores como objetos para ser monetizados en lugar de como información personal a ser respaldada y protegida, y
  • se niega a responder a la necesidad de reformar las políticas que afectan a la jurisdicción y propiedad de los datos.

Alentados en estas direcciones, nos hemos aplicado a la creación de aplicaciones, triviales indiferenciadas; redes sociales desechables; aparatos fantásticos que sólo pueden obtenerlos los ricos, productos que utilizan la emoción como una fachada para la venta de datos de los clientes, productos que se rompen fácilmente o formas de comercio deshonestas, y aislamos a las  comunidades ahuyentando a posibles colaboradores y líderes bien fundados. Algunos de nosotros hemos prestado nuestra experiencia a iniciativas que abusan de la ley y de los derechos humanos, quebrando críticos sistemas de encriptación y privacidad, poniendo vidas en peligro. Hemos negado el potencial de nuestras profesiones “para un impacto positivo, y estamos usando nuestro tiempo y energía fabricando cosas que son redundantes, en el mejor de los casos o destructivas en el peor.

Hay actividades más dignas a las que podemos dedicarnos. Nuestras capacidades pueden beneficiar a áreas como educación, medicina, la privacidad y la seguridad digital, campañas de sensibilización y sociales, periodismo, diseño de la información, y ayuda humanitaria. Pueden transformar nuestros sistemas actuales de finanzas y comercio, y reforzar los derechos humanos y las libertades civiles.

También es nuestra responsabilidad como miembros de nuestra industria crear cambios positivos en su interior. Tenemos que trabajar para mejorar nuestras posiciones sobre diversidad, inclusión, condiciones de trabajo y la salud mental de los trabajadores. No hacerle frente a estas cuestiones ya no es considerado aceptable por cualquiera de las partes.

En última instancia, independientemente de su área de enfoque o escala, nuestro trabajo y nuestra mentalidad debe asumir más valores éticos.

No es nuestro deseo quitarle diversión a la vida. Siempre debe haber espacio para el entretenimiento, proyectos personales, humor, experimentación y el uso alegre de nuestras capacidades.

En lugar de ello, hacemos un llamado para una reorientación de las prioridades, a favor de formas más duraderas y democráticas de comunicación. Un cambio de mente alejado de los modelos de negocio basado en las personas y colocando a las corporaciones antes que a los individuos, hacia la exploración y producción del trabajo humilde, significativo y de un impacto cultural beneficioso.

En 1964, y nuevamente en 1999, un grupo consagrado de profesionales firmaron en las ediciones anteriores de este manifiesto, formando un llamado a poner sus habilidades colectivas para un uso que valga la pena. Con el crecimiento sin precedentes de la tecnología durante los últimos 15 años, su mensaje sólo ha crecido más urgentemente. Hoy, en la celebración de su 50 aniversario, renovamos y ampliamos el manifiesto First Things First, con la esperanza de catalizar una revolución significativa tanto en nuestra industria y como en el mundo en general.

 

Señalar por último la mención que nos hace monografica.org y por lo que podemos republicar esto en comunicacionabierta.net:

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